Durante los años 70 y 80 se fabricó en España el pesticida lindano en diferentes puntos de la península, pero especialmente en Barakaldo, Bizkaia, y Sabiñánigo, Huesca. En estos puntos de producción, la mala gestión de los residuos llevó a esparcirlos por el entorno, especialmente el de los municipios donde se fabricaba.
Han pasado décadas desde que dejó de fabricarse, pero su alto grado de contaminación hace que siga presente en suelos y agua, por ejemplo, en el embalse de Oiola, una costosa infraestructura que no tiene hoy utilidad alguna ya que hace años dejó de utilizarse su agua para el consumo humano debido a la contaminación por lindano.
En 2019, Ecologistas en Acción recogió muestras de madera de los bosques de Euskadi y Huesca, en zonas próximas a donde a donde se producían los vertidos de residuos de las fábricas de lindano. Varias de esas muestras, analizadas en laboratorio, contenían altas concentraciones de lindano: 3.64 mg/kg en Enekuri (en los alrededores de Bilbao), 6.47 mg/kg en Jata (Armintza, Bizkaia) y 0.94 mg/kg en Sabiñánigo (Huesca).
El peligro estriba en que algunos de esos bosques están dedicados a la producción de madera, distribuyendo un material que contiene un compuesto altamente tóxico y persistente. Además, si se produjese un incendio en esos bosques se generaría fosgeno, un gas muy venenoso usado durante la Primera Guerra Mundial.
Estos resultados son una muestra de la alta contaminación por lindano que aún tenemos en España, y que se extiende a zonas de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid, Galicia, Cataluña y Andalucía. En todos ellos se han localizado residuos de este pesticida sin que por parte del gobierno se haya iniciado acción alguna para corregirlo.
Hace años que se viene denunciando este problema y, una vez más, la ONG Ecologistas en Acción insta al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a elaborar y poner en marcha una estrategia que lleve a la completa erradicación de los residuos de este pesticida en la península.