Calentamiento global y disponibilidad de agua en las zonas mediterráneas

Uno de los mayores retos de la ciencia ambiental es entender los cambios futuros en el ciclo del agua terrestre y el consecuente impacto sobre los recursos hídricos, especialmente en las zonas mediterráneas.

El proyecto LIAISE, en el que participan los expertos del programa de Uso Eficiente del Agua en Agricultura del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), junto con otros investigadores expertos en agronomía y en meteorología, realizará este año, en una serie de municipios del Pla d'Urgell (Lleida), diversas actividades científicas encaminadas a averiguar cómo afectarán diferentes factores que intervienen en el ciclo del agua, incluida la actividad humana, y en un escenario de cambio climático, sobre la disponibilidad de este valioso recurso, tan necesario para la producción de alimentos.

El objetivo es aportar conocimiento sobre cómo afectará el calentamiento global sobre los recursos disponibles de agua dulce a nivel mundial, específicamente en las regiones productoras de alimentos, y cómo cambiarán las interacciones humanas con estos recursos y su valor para la sociedad.

También se quieren comprender los efectos y las incertidumbres de los intercambios de agua y energía en el clima actual y cambiante y cómo transmitir esta información a la sociedad. «Necesitamos comprender mejor los procesos que afectan al ciclo hidrológico en zonas semiáridas del mediterráneo para poder actuar con criterio y, además, poder extrapolar nuestras investigaciones en otras zonas del mundo», señala Quim Bellvert, investigador del IRTA.

Para llevarlo a cabo se han localizado diferentes explotaciones agrícolas leridanas, concretamente en Mollerussa, La Cendrosa, en Linyola, en el estanque de Ivars, Verdú y Els Plans, en Bellpuig. En estas localizaciones, diversos grupos de investigación de MetOffice y King’s College (Reino Unido), Météo-France, CNRM y CESBIO (Francia), las Universidades de Wageningen, Utrecht y Delft (Holanda), Universidad de las Islas Baleares y el Servicio Meteorológico de Cataluña (España) , Jülich Research Center y la Universidad de Hohenheim (Alemania), entre otros, instalarán diferentes instrumentos de medida de la evapotranspiración, de la interacción de los flujos suelo/atmósfera y se realizará una monitorización de los cultivos.

Además, durante el periodo del 15 al 30 de Julio, la Oficina Francesa de Aviones Instrumentados para la Investigación Ambiental (SAFIRE), la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Americana (NASA) tomarán una serie de imágenes aéreas de la zona con sensores térmicos y radar, las cuales servirán para generar mapas de evapotranspiración y humedad superficial del suelo.

La región mediterránea, "punto caliente" del cambio climático

Uno de los mayores retos a los que se enfrenta la ciencia ambiental es entender los cambios futuros en el ciclo del agua terrestre y el consecuente impacto sobre los recursos hídricos.

En la cuenca mediterránea, los recursos de agua han sido siempre limitados y por ello las proyecciones climáticas predicen que la región mediterránea será un "punto caliente" del cambio climático durante el siglo XXI. Además, las actividades humanas están jugando un papel clave en la modificación del ciclo continental del agua y, por tanto, se deben tener en cuenta en las proyecciones.

“La cuenca mediterránea es un territorio de mucho interés para investigar las interacciones entre agua, atmósfera, suelo y población. Destaca una cobertura de suelo muy heterogénea y precipitaciones escasas esencialmente en zonas montañosas, las que implican una gestión humana de los sistemas fluviales naturales para proporcionar agua a los cultivos y una población cada vez mayor”, explica Joaquim Bellvert.

Por otra parte, los embalses y la extracción del agua para el regadío modifican la cantidad y el tiempo del agua que desemboca en el océano, y el efecto que este riego tiene sobre el crecimiento y la estructura de la capa límite atmosférica local, además de modificar las condiciones atmosféricas cercanas a la superficie y aumentar la actividad convectiva y las nubes al viento de las zonas irrigadas.