Las proximidades de la playa Khalaktyr, en Kamchatka (Rusia), están sufriendo las consecuencias de un vertido de origen desconocido que ha dejado ya centenares de animales muertos y las aguas cubiertas de una espuma amarillenta.
Expertos enviados por el Ministerio de Recursos Naturales y Ecología han encontrado, al analizar las aguas, un exceso de productos derivados del petróleo (cuatro veces por encima de los límites), así como 2,5 veces más de fenol del permitido y otras sustancias.
Aún no se ha determinado el alcance de la contaminación, pero el vertido sigue extendiéndose por esta área, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO y uno de los principales atractivos turísticos de la región.
Greenpeace Rusia se ha desplazado a la zona y ha solicitado al Gobierno una investigación exhaustiva de las causas, así como una evaluación de la escala del desastre y la limpieza inmediata de la zona.
Según testigos presenciales, el agua en la playa ha cambiado de color y se ha vuelto insalubre: las personas en contacto con el agua han experimentado distintos síntomas que van desde visión borrosa hasta dolor de garganta, vómitos, debilidad o fiebre alta, que pueden indicar intoxicación por fenol.
Según ha manifestado Vasily Yablokov, director del proyecto climático de Greenpeace en Rusia: “Es necesario contener y prevenir una mayor contaminación del litoral lo antes posible. Las autoridades deben identificar la fuente de contaminación y tomar las medidas de respuesta necesarias. Greenpeace insta al gobierno a prestar atención a los frecuentes accidentes que tienen lugar en Norilsk, Kamchatka y otras regiones, así como a endurecer la política ambiental nacional y adoptar un programa a largo plazo de transformación verde de la economía rusa “.