Los desechos de las granjas ganaderas a menudo contaminan el suelo y las vías fluviales y contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero y a la acidificación del suelo. Por esta razón, entrenar al ganado para ir al baño ha sido visto durante mucho tiempo como deseable, pero varios intentos anteriores han sido infructuosos.
El amoníaco producido en los desechos de las vacas no contribuye directamente al cambio climático, pero cuando se lixivia en el suelo, los microbios lo convierten en óxido nitroso, el tercer gas de efecto invernadero más importante después del metano y el dióxido de carbono. La agricultura es la mayor fuente de emisiones de amoníaco, y la ganadería representa más de la mitad de esa contribución.
Los científicos probaron un método que llamaron el enfoque MooLoo, para enseñar a los terneros a usar un área de inodoro en su establo, lo que significa que la orina podría recolectarse y tratarse
En este último estudio, los científicos probaron un método que llamaron el enfoque MooLoo, para enseñar a los terneros a usar un área de inodoro en su establo, lo que significa que la orina podría recolectarse y tratarse.
"Por lo general, se asume que el ganado no es capaz de controlar la defecación o la micción", explica el coautor Jan Langbein, psicólogo animal del Instituto de Investigación de Biología de Animales de Granja (FBN) en Alemania, pero él y su equipo cuestionaron este pensamiento. "El ganado, como muchos otros animales, es bastante inteligente y puede aprender mucho" ¿Por qué no deberían aprender a usar un inodoro?", argumentó.
Cuando orinaban en el área asignada, se les daba una bebida dulce o un poco de puré de cebada, y cuando hacían sus necesidades en otro lugar, se sorprendían con una breve ráfaga de agua desde arriba
Los terneros fueron entrenados a través de un sistema de recompensas y castigos leves. Cuando orinaban en el área asignada, se les daba una bebida dulce o un poco de puré de cebada, y cuando hacían sus necesidades en otro lugar, se sorprendían con una breve ráfaga de agua desde arriba.
En unas pocas semanas, después de unas quince sesiones de entrenamiento, once de los dieciséis terneros en el experimento habían sido entrenados con éxito para ir al baño. Sorprendentemente, los terneros mostraron un nivel de rendimiento comparable al de los niños y superior al de los niños muy pequeños, según el estudio publicado en la revista Current Biology.
Langbein añadió que una ambición futura sería enseñar a las vacas a defecar también en un área de inodoro
Los cinco terneros que no fueron entrenados de manera confiable probablemente solo necesitaban más tiempo para dominar la habilidad, apuntaron los autores. Langbein añadió que una ambición futura sería enseñar a las vacas a defecar también en un área de inodoro.
El equipo ahora está trabajando para crear un sistema automatizado que podría usarse para entrenar terneros casi sin intervención de los agricultores. "Queremos desarrollar algún tipo de tecnología de sensores que sea todo incluido", indicó Langbein, quien destacó que su esperanza era que "en unos años todas las vacas vayan a un baño".