Los incendios de Australia y el cambio climático

Digan lo que digan los negacionistas, está claro que el cambio climático ha favorecido las condiciones para que en Australia se produzcan más y mayores incendios, y que esto estaba pronosticado, también.

El humo de los incendios no sólo afecta a Australia sino a las condiciones atmosféricas globales.
El humo de los incendios no sólo afecta a Australia sino a las condiciones atmosféricas globales.

Las lluvias han apaciguado los incendios, pero éstos continúan, y lo peor del verano austral está por llegar.

Con más de 17 millones de hectáreas calcinadas, la superficie quemada es como dos veces Andalucía, con un coste humano que roza la treintena de muertos, más de 2.500 hogares destruidos, un billón de animales quemados y un valor ecológico inestimable reducido a cenizas.

El gobierno australiano ya ha informado que el 80% de los hábitats de al menos 327 especies protegidas ha quedado arrasado. Hábitats de una flora y fauna únicas en el mundo.

Plantas, mamíferos, ranas, aves, reptiles, insectos, peces, y hasta una araña están en peligro de extinción, teniendo en cuenta que Australia cuenta con unas 300 especies nativas como los koalas, kanguros, dingos, equidnas y ornitorrincos.

Ciudades como Sydney, Melbourne o Canberra están cubiertas de humo, un humo no se queda allí, ya ha alcanzado la estratosfera, se puede ver desde el espacio, se está desplazando a miles de kilómetros y afectará a las condiciones atmosféricas globales.

Queda un paisaje yermo, cubierto de polvo y cenizas, que los fuertes vientos convierten en tormentas de polvo. 

Superficie quemada en Australia
Superficie quemada en Australia

“Te lo dije”

2005

Estudio sobre el impacto del cambio climático en el riesgo de incendios forestales de la CSIRO prevenía sobre la posibilidad de un aumento de entre el 4% y el 20% en el riesgo de incendios de 2020 a 2050, con más días de riesgo alto o extremo.

2007

Era el Panel IPCC de la ONU quien advertía de incendios de mayor intensidad, menor poder de extinción y propagación más rápida del fuego, aumentando los días de peligro de incendio en el sureste entre un 4% y un 25% en 2020.

2019

El riesgo extremo de incendios aumentó un 10%.

2020

Se confirman las predicciones.

NASA/Colin Seftor
NASA/Colin Seftor

Un país de incendios

Oír hablar de incendios en Australia no es algo nuevo, ocurre todos los años. Sí, pero los de este año están alcanzado una magnitud inusitada.

Salvo la zona suroriental, el resto del país está dominado por un paisaje desértico o semi desértico. Pero las temperaturas y el clima seco han ido aumentando durante los últimos años en la “zona azul”, Nueva Gales y Victoria, con lo que el mapa de zonas “incendiables” de Australia se amplía.

Hasta el momento, zonas como los bosques de Nueva Gales del Sur ardían, pero la vegetación no estaba lo suficientemente seca para que el fuego fuera demasiado virulento.

Pero, además de la constancia de que la temperatura del país ha subido un grado de media en los últimos 100 años, y la falta de lluvias ha ido también en aumento hasta llegar a 2019, cuando se aliaron las máximas registradas en altas temperaturas y la sequía.

Llegamos así a temperaturas por encima de los 30º, humedad por debajo del 30% y vientos de más de 30 km/h, la regla del 30/30/30 destacada por WWF para la aparición de fuegos muy virulentos.

Pero, además, estos inmensos fuegos producen cambios en la atmósfera, generando “tormentas de fuego” que diseminan partículas incandescentes y generan rayos secos que provocan más incendios.

Y negamos la evidencia

Como informa Greenpeace, una coalición de operarios de extinción han estado intentando reunirse con el primer ministro desde abril de 2019, ya que temían que esta temporada de incendios fuera más larga y mortal debido a la crisis climática. Pero se les negó la audiencia.

Y Australia sigue negándose a tomar medidas contra el cambio climático y a alcanzar acuerdo alguno en conferencias internacionales. Su primer ministro, Scott Morrison, es un férreo negacionista del cambio climático y firme defensor de la industria del carbón, del que es el primer país exportador, y los combustibles fósiles. Es más, mientras su país ardía, estaba de vacaciones en Hawaii.

Australia es uno de los mayores emisores de dióxido de carbono per cápita del mundo según el informe de Climate Analytics, emisiones que amortigua gracias a sus grandes bosques, ahora calcinados, por lo que va a ser difícil paliar la prevista y la generada por los incendios, que se calcula igualará a las del Reino Unido en un año.

Scott Morrison y Donald Trump
Scott Morrison y Donald Trump