Una plaga de langosta del desierto arrasa África Oriental

La langosta del desierto (Schistocerca gregaria) es la plaga migratoria más destructiva del mundo. La situación es especialmente preocupante en Etiopía, Somalia y Kenya.

Planeta 2030

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La situación global de la langosta del desierto ha empeorado a comienzos de 2020, especialmente en Etiopía, Somalia y Kenya. Uganda y Sudán del Sur también están en peligro, y existe preocupación por la formación de nuevos enjambres de langostas en Arabia Saudita, Eritrea, Sudán y Yemen.Los enjambres de langostas del desierto son enormemente grandes, tienen gran movilidad y están dañando los cultivos alimentarios y el forraje, según fuentes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En estos momentos, el organismo internacional considera la invasión de la plaga en África oriental una de sus principales prioridades institucionales y está actuando con rapidez para ayudar a los gobiernos en su respuesta. 

La FAO  ha venido siguiendo de cerca, y de forma ininterrumpida, la situación mundial de la langosta del desierto. Ello le ha permitido anticipar pronósticos, lanzar alertas tempranas y avisos sobre el momento, la magnitud y la ubicación de los enjambres  a través de su Servicio de información sobre la langosta del desierto (DLIS, por sus siglas en inglés).

La langosta del desierto es un insecto voraz: ingiere su propio peso cada día, mostrando preferencia por los cultivos alimentarios y el forraje

La langosta del desierto (Schistocerca gregaria) es la plaga migratoria más destructiva del mundo. Respondiendo a estímulos ambientales pueden llegar a formar enjambres densos y de una movilidad extraordinaria. La langosta del desierto es un insecto voraz: ingiere su propio peso cada día. Sus preferencias suelen decantarse por los cultivos alimentarios y el forraje. Un enjambre de un km2 puede contener hasta 80 millones de ejemplares adultos y la capacidad de consumir la misma cantidad de alimentos al día que 35.000 personas. 

Situación actual de la plaga de langosta. Fuente: FAO
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Todos los países afectados por la langosta han hecho llegar sus registros a la FAO, que a su vez está analizando esta información al tiempo que los relaciona con datos meteorológicos y del hábitat a través de imágenes de satélite. Así se puede  evaluar la situación actual de la langosta, realizar pronósticos hasta con seis semanas de antelación y emitir alertas de forma puntual.

Al mismo tiempo, la FAO elabora boletines mensuales y actualizaciones periódicas que resumen la situación de la langosta y pronostican la migración y reproducción de los insectos en cada país. Cuando la situación se complica, también se envían misiones de evaluación sobre el terreno para estimar si es suficiente la capacidad nacional  de combatirla. De no ser así, el organismo internacional coordina las operaciones de vigilancia y control, así como la ayuda de emergencia frente al surgimiento y el repunte de las plagas. La FAO necesita 70 millones de dólares para apoyar las operaciones de control y medidas urgentes para proteger los medios de subsistencia y evitar el deterioro de la situación de la seguridad alimentaria.

Con cada generación, el número de langostas se multiplica por 20 a los tres meses, por 400 a los seis y por 8.000 a los nueve

La langosta del desierto tiene una esperanza de vida de tres meses. Los huevos eclosionan a las dos semanas, y en apenas seis semanas se convierten en ejemplares adultos listos para poner huevos en solo un mes. Según fuentes de la FAO, el número de langostas aumenta exponencialmente con cada generación, llegando a multiplicarse por 20 a los tres meses, por 400 a los seis y por 8.000 a los nueve.

Se trata del peor brote de langosta del desierto que ha experimentado la región en décadas, advierten desde la FAO. Decenas de miles de hectáreas de tierras de cultivo y pastos han resultado dañadas en Etiopía, Kenya y Somalia, con consecuencias potencialmente graves en una región en la que 11,9 millones de personas padecen ya inseguridad alimentaria.