¿Qué está matando a las marsopas sin aletas de Hong Kong?

Son pequeñas, rápidas y discretas, pero algo está provocando que el número de marsopas sin aletas de Hong Kong se vea mermado de forma continua sin una razón clara.

Las costas de Hong Kong han recibido el octavo cadáver de marsopa sin aleta este año. 2020 registró un breve respiro en el número de muertes, debido quizás al bloqueo del Covid y la desaceleración en la actividad humana, pero 2019 fue el peor año desde que comenzaron los registros en 2006.

Según la Ocean Park Conservation Foundation Hong Kong (OPCFHK), 35 marsopas sin aleta (Neophocaena phocaenoides) aparecieron en la costa de Hong Kong en 2020, en 2019 fueron 42. Aparte de un breve aumento en 2014 (que registró 33 marsopas muertas), la mayoría de los años los números estuvieron entre los 10 y los 20.

Para la Dra. Lindsay Porter, científica investigadora principal de SEAMAR, las investigaciones de la escena del crimen se ve obstaculizado por tres factores: la investigación fragmentada, el perfil público de la marsopa sin aleta y el hecho de que sus cadáveres se pudren muy rápido.

Lo que está matando a las marsopas podría ser cualquier cosa, desde el impacto de un barco hasta factores de estrés ambiental y las enfermedades. Por el momento, todavía es una incógnita.

Hong Kong arroja todos los impactos posibles que podría haber sobre los delfines y las marsopas: ruido de transporte marítimo, ruido de construcción, pérdida de hábitat, contaminación, pesca excesiva, enredos y redes de pesca.

Para cuando llegan a las instalaciones de Ocean Park (el gobierno contrata a Ocean Park para esta tarea) ya casi se han licuado, tanto los delfines como las marsopas. Así que, a menos que sea algo realmente obvio, como un trauma por fuerza contundente, a menudo no podemos ver cuáles podrían ser los patrones de enfermedad subyacentes".

El trabajo se ha acelerado últimamente y los investigadores pueden realizar estudios independientes descubriendo mucho más sobre el daño de los órganos y las estructuras esqueléticas, lo que permitirá a los veterinarios enfocar sus investigaciones cuando realicen necropsias. También se ha observado dislocación del cuello en muchas marsopas, que puede estar relacionada con colisiones con barcos.

Las campanas de alarma sobre el peligro de extinción de las marsopas sin aletas se activaron por primera vez a principios de la década de 2000 cuando el nivel de varamientos comenzó a aumentar. El único censo disponible se llevó a cabo en 2002, cuando se estimó que había solo 220 animales en aguas de Hong Kong. Pero los científicos no creen que este número sea real ya que si están desapareciendo unos 30 al año, esta cifra debe ser incorrecta.

Contar las marsopas sin aletas es muy complicado por el vasto territorio que ocupan y haría falta una fuerte inversión para llevar a cabo el recuento.

A estos problemas se suma la percepción pública de las marsopas sin aletas. Como especie, son rápidos, tímidos y tienen que competir con los famosos delfines rosados de Hong Kong para llamar la atención. Junto a los delfines rosados, el delfín blanco chino se convirtió en la mascota oficial del traspaso de Hong Kong a China en 1997, frente a quienes la marsopa sin aletas sigue siendo en gran medida la dama de honor.

No es lo mismo ver un ágil delfín rosa que una marsopa que se parece más a un neumático flotante, el rosa siempre gana.

OceansAsia, una organización de conservación marina con sede en Hong Kong, hace seis recomendaciones para ayudar a salvar a las marsopas sin aleta: realizar un estudio exhaustivo de la población de marsopas sin aleta; establecer un parque marino en la costa suroeste de la isla Lamma; seguir informes de varamientos coherentes y análisis exhaustivos; adoptar informes y análisis regionales coherentes; enmendar la Ordenanza de Protección de Animales Silvestres de Hong Kong; aumentar y mejorar la observación de la pesca.