La última acción ha sido la plantación de 50 nuevos olmos en los Jardines del Buen Retiro, que se suman a los 368 que se han plantado en la Casa de Campo y 113 en las riberas del río Manzanares. También hay varios olmos resistentes a la enfermedad en el parque del Oeste y la Dehesa de la Villa.
Los ejemplares plantados proceden de varios clones resistentes a la grafiosis, localizados en el mismo Retiro y en la Dehesa de la Villa y donados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que proporcionó varias parcelas de terreno para una investigación de la Escuela de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid. El delegado de Medio Ambiente y Movilidad ha destacado la exitosa colaboración que se ha dado entre el Ministerio, la Escuela de Ingenieros de Montes y el Ayuntamiento de Madrid.

La grafiosis que mata a los olmos
La grafiosis, conocida desde 1917 en Europa, es una enfermedad que posiblemente llegó de Asia durante la I Guerra Mundial y causó una importante mortalidad de olmos. Más tarde se hizo endémica y el hongo causante se transformó en el Ophiostoma novo-ulmi, que puede causar la muerte del árbol en uno o dos años.
Esta última variante del hongo apareció en Andalucía en 1985 y rápidamente se expandió por todo el país. En los años noventa afectó a casi todas las provincias españolas y se dividió en dos cepas de grafiosis muy agresivas y dañinas para los árboles, lo que hizo sospechar que podría llegarse a la extinción de esta especie.
Después de varias líneas de investigación, finalmente se buscaron olmos que habían estado en zonas atacadas por el hongo y pudieron sobrevivir a la enfermedad. Estos ejemplares, entre ellos los de El Retiro y la Dehesa de la Villa, tienen genes de resistencia que garantizan la permanencia de la especie.
