Día Mundial de la Bicicleta: el transporte personal perfecto en la era post COVID-19

El Día Mundial de la Bicicleta llega este año en un contexto que enaltece sus ventajas y la propone como una alternativa perfecta tanto para el ocio como para el transporte personal, y señala la necesidad de una implicación política que facilite y fomente su utilización.

La Bicicleta: el transporte personal perfecto en la era post COVID-19
La Bicicleta: el transporte personal perfecto en la era post COVID-19

Inmersos en el proceso de “desescalada”, el Día Mundial de la Bicicleta viene para incidir en dos cuestiones vitales en estos momentos: la necesidad de guardar la distancia social y evitar aglomeraciones, y la realidad de unos niveles de contaminación que asfixian nuestras ciudades y que han desaparecido como por ensalmo cuando nuestras calles han quedado vacías.

Tras esos largos días de silencio, rotos por aplausos suspendidos, trinar de pájaros que celebraban la soledad y voces o manos prodigiosas que amenizaban el vecindario, vamos poco a poco desperezándonos en una “nueva normalidad” en la que tenemos que luchar por no retroceder en ninguno de los dos grandes frentes que tiene hoy abiertos la humanidad: la salud y el cambio climático.

Les acompaña una dificilísima situación económica, ante la que no podemos dejar que, como en crisis anteriores, la recuperación vaya pareja a un sustancial aumento en el nivel de emisiones de gases contaminantes.

La bicicleta es un arma personal para preservar nuestra salud y la del Planeta

Nos toca reinventarnos, buscar una salida por la puerta verde, la que se abre a ciudades más amables, a una conciencia plena de la necesidad de alcanzar el umbral del 2030 en un Planeta sostenible y duradero.

Y uno de los instrumentos que viene como caído del cielo para ayudarnos a andar ese camino es la bicicleta, artilugio que lleva con nosotros poco más de dos siglos desde que, en 1785, al alemán Karl Drais se le ocurriera poner dos ruedas a un rudimentario cuadro que se impulsaba a patadas.

Mucho ha evolucionado la bicicleta desde entonces y hoy podemos encontrarlas de todas las formas y tamaños, y hasta eléctricas para minimizar el esfuerzo. En cualquiera de sus formas tiene un mensaje muy positivo para la sociedad durante y después del COVID-19: muévete de forma activa, a salvo de contagios, cuídate y cuida el planeta, diviértete y pedalea seguro.

En ciudad, la bicileta es un transporte ágil y rápido. Foto: iStock
En ciudad, la bicicleta es un transporte ágil y cómodo. Foto: iStock

Los beneficios de la bicicleta

Medio de transporte activo, que procura a quién la utiliza en sus desplazamientos habituales, una mayor protección de su sistema cardiovascular, un incremento de sus defensas y un mejor estado anímico.

Permite salvaguardar el distanciamiento social recomendado frente al COVID-19, puesto que en bicicleta uno se desplaza en solitario, manteniendo las distancias, sin aglomeraciones.

Respetuoso con el medio ambiente, puesto que no emite gases contaminantes, no genera contaminación acústica, ni necesita consumir otra energía que la propia energía de la persona.

Ágil y rápido, puesto que diversos estudios han demostrado que, para distancias inferiores a 10 kilómetros, es más rápido al no tener que buscar aparcamiento, ni esperar al transporte público y, además, permite desplazamientos puerta a puerta.

Además, es un medio que, al proveer al usuario de una mejor salud sin comprometer su seguridad, reduce la necesidad de asistencia sanitaria derivada de las enfermedades comunes y los accidentes de tráfico, ayudando a no incrementar la presión sobre el sistema sanitario durante el COVID-19.

Por todos estos motivos, también desde la WHO (World Health Organization) han recomendado la utilización de la bicicleta para los desplazamientos habituales “siempre que sea posible” porque, además, sustituye a la actividad física restringida por el confinamiento mundial y el acceso limitado a la práctica deportiva.

Bicicleta
La creación de infraestructuras para el uso de la bicicleta es impresdindible. Foto: iStock

Necesidad de una infraestructura para la bicicleta

Los números se muestran a favor de la bicicleta y sus ventas se han disparado, tanto online como en tiendas físicas a medida que se produce su reapertura.

En las grandes ciudades se muestran como una alternativa perfecta para evitar aglomeraciones en el transporte público o largas esperas ante su aforo limitado, y en cualquiera como una alternativa saludable, sostenible y económica al vehículo privado.

Pero para que ese aluvión de bicicletas que anuncian las cifras de ventas no termine en los trasteros, los poderes públicos han de entrar en acción y dotar a pueblos y ciudades de la infraestructura necesaria para consolidarlas como medio de transporte habitual.

Frente a ello, algunas grandes ciudades ya han tomado cartas en el asunto habilitando ciclovías y hay países que se plantean tomar medidas económicas como incentivos de compra.

Hacen falta infraestructuras, seguridad y normas para que las bicicletas no acaben en un trastero

Toca pues pensar en mucho más que un carril bici, acondicionando aparcamientos, reforzando normas y seguridad, y proyectando su uso más allá del casco urbano, favoreciendo el movimiento de bicicletas en zonas periurbanas y entre localidades cercanas sin necesidad de jugarse la vida en un arcén sin protección.

Porque esta “nueva normalidad” tiene toda la pinta de tener un gran aliado de dos ruedas, una bicicleta que espera mucho de su Día Mundial post COVID-19. Y no lo dudes, pon tus ruedas en movimiento, por ti y por el Planeta, que un grano no hace granero, pero ayuda al compañero.