Ciertas especies de fitoplancton están en la base de la cadena trófica marina y juegan un importante papel en los ciclos biogeoquímicos y en la regulación del clima del planeta, organismos sobre los que el calentamiento y la acidificación marina pueden tener efectos adversos en su productividad.
Un grupo de investigadores del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) ha presentado un nuevo modelo para predecir las concentraciones de isopreno, un gas producido por el fitoplancton en el océano Antártico capaz de afectar al clima, que se basa únicamente en datos de satélite.
Observando 71 lagos de 33 países en seis continentes, científicos de la Universidad de Stanford y la NASA concluyen que durante las últimas décadas se han producido con mayor frecuencia floraciones de fitoplancton en lagos de todo el mundo, aportándoles un intenso color azul visible desde el espacio.
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